sábado, 25 de abril de 2009

Pensar demasiado

Desde chica siempre pensé demasiado. Contemplaba las cosas y las cuestionaba. Siempre quise saber más, aprender y atesorar todo lo que aprendía. Siempre me gustó escuchar a la gente, observar las conductas, analizar. Todo me atraía, siempre fui curiosa y siempre tuve alma de detective.

Todo eso dió muchos frutos hoy en día. Ahora amo enseñar, dar consejos, ayudar a los que me necesitan, entiendo muchas cosas que jamás pensé entender, puedo dialogar con gente adulta y aún se sorprenden de que sepa sobre cosas que pasaron antes de mi tiempo con tantos detalles. Puedo también ponerme en el lugar del otro y razonar, racionalizar y comprender.

Gracias a mis padres que incentivaron mi curiosidad y mucha otra gente más que también ayudó a la causa, ahora puedo ser casi todo lo que siempre quise... falta... pero aún estoy a tiempo, siempre hay más por aprender!

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