jueves, 14 de mayo de 2009

La insoportable levedad del ser IV

No hay nada más pesado que la COMPASIÓN, ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido por alguien, con alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos.


Y yo ya no quiero sentir más compasión por nadie. Quiero seguir mi camino y ocuparme de mi de una vez por todas.

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